HIDROBOLETÍN FENTAP
Jueves, 20 de noviembre de 2014 – Año IX – Edición 2113 –
www.fentap.org.pe
La FENTAP
informa:
· Los 10 problemas socio - ambientales de Latinoamérica. Es triste
reconocer que la majestuosa geografía latinoamericana, viene siendo salvajemente
golpeada por una serie de inconvenientes ecológicos, los cuales perjudican la
riqueza natural de sus paisajes y destruye la paz verde de los ecosistemas,
debido a la mano todopoderosa del Hombre que privatiza la salud de la
Naturaleza, y la convierte en un espejo de los ecocidios cometidos en nuestros
ancestrales territorios.
- Perú – Piura. Moradores de Los Órganos bloquearon Panamericana Norte por falta de agua.
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Los 10 problemas socio - ambientales de Latinoamérica
Es triste reconocer que la majestuosa geografía latinoamericana,
viene siendo salvajemente golpeada por una serie de inconvenientes ecológicos,
los cuales perjudican la riqueza natural de sus paisajes y destruye la paz verde
de los ecosistemas, debido a la mano todopoderosa del Hombre que privatiza la
salud de la Naturaleza, y la convierte en un espejo de los ecocidios cometidos
en nuestros ancestrales territorios
http://www.panamaon.com/ - 19 noviembre
2014.- Desde los vientos aztecas que soplan en Michoacán de Ocampo, pasando por
la aguerrida población carioca de Florianópolis, y llegando hasta el clímax
argentino en la fría ciudad de Ushuaia, existe una total disonancia en la interacción
del binomio Ambiente-Sociedad, que es la clave para afianzar el
conservacionismo en la ciudadanía y preservar el equilibrio holístico del
planeta Tierra. Vemos que la posible voluntad de cambio en los habitantes, para
evitar el impacto ambiental negativo en sus comunidades, es siempre arruinada
por un modo de vida egoísta, conformista y ajeno a practicar los valores de la
Ecología.
En
la actualidad de nuestro continente, se observa un total eclecticismo en los
percances
ecológicos latentes. Por ejemplo, tenemos el famoso Rally Dakar, visto como un
evento pseudo-deportivo que estropea el acervo arqueológico de las fronteras
multiculturales. Los espectáculos de maltrato animal como las sangrientas
Corridas de Toros, que se escenifican en los monumentales antros de la muerte.
El sistemático malgaste del agua potable que abre las oxidadas tuberías de la
infame burocracia. Y la entrometida contaminación visual que capitaliza el
apego a lo material con tanta oferta publicitaria en las calles.
Sin
embargo, para comprender la gravedad de la crisis ambiental que padece
Latinoamérica, es importante definir a la Ecología como una ciencia que estudia
las relaciones de los Seres Vivos entre sí y con su entorno, asumiendo que la
Humanidad tiene la gran responsabilidad de cuidar los tesoros naturales de
Gaia, buscando establecer el soñado desarrollo sostenible y sustentable de sus
ciudades. Con el fin de iluminar el sagrado mapa de Vespucio, explicaremos los
10 problemas socio-ambientales que aquejan el cuerpo y el alma de los senderos
latinoamericanos.
En
el décimo lugar encontramos la estruendosa Contaminación Acústica, que revienta
los tímpanos del manto asfáltico recorrido por la Sociedad Civil. Muchos
individuos se acostumbran a escuchar el fastidio del claxon y de las alarmas de
los carros y camiones, el salvaje cilindraje de las furiosas motocicletas, la
música con altísimo volumen que invade de megáfonos las calles, y la
descontrolada bullanga de la colectividad en los espacios públicos. No
obstante, la locura auditiva en la selva de cemento provoca un continuo
malestar emocional en las personas, que predispone el mal genio, la ofensa al
prójimo y la peligrosa violencia vial en los desesperados conductores. Si bien
el ruido es el mejor amigo del tráfico citadino, de los semáforos y del
embotellamiento vehicular en Sao Paulo, Caracas, Buenos Aires, Bogotá, Quito,
Lima, Santiago y Ciudad de México, al final de tanta demencia cronometrada al
volante, el único perjudicado termina siendo el ciego, sordo y mudo Medio
Ambiente.
En
noveno lugar hallamos el Tráfico ilegal de Fauna exótica, que cada año lucra
los bolsillos de los prófugos delincuentes latinoamericanos, quienes se dedican
a invadir los templos benditos de la biodiversidad, a cambio de sedar, ocultar
y vender el destino de todo el reino animal en un avión sin pasaje de vuelta.
Es lamentable apreciar como especies autóctonas que enriquecen la historia, la
evolución y el patrimonio natural de nuestros países, se encuentran al borde de
la extinción por la no misericordia del Homo Sapiens. Los cazadores tienen en
jaque al Jaguar, a la Guacamaya Roja, al oso Frontino, al Cardenalito, al
Ocelote, al Tucán, al Armadillo Gigante, a la Tortuga olivácea, a la Nutria
Gigante, al Cauquén colorado, al Paují de Yelmo, y a miles de otros angelitos
que se toparon con el demonio. De hecho, ya extinguimos a la Tortuga gigante de
Floreana, al Oso Mexicano, al sapo de Monteverde, al pato poc de Guatemala, a
la foca monje del Caribe, al Guacamayo Glauco y al hermoso Ara Tricolor.
En
octavo lugar se ubica la elevada Polución del Aire que ocasiona una gigantesca
nube negra a cielo abierto, intoxicando las vías respiratorias de la ciudadanía
y asfixiando los pulmones vegetales del Ambiente, mediante la improvisada
industrialización de zonas urbanas y rurales que se transforman en chimeneas
llenas de reacciones químicas, producto de las actividades conllevadas por el
sector económico latinoamericano. No hay duda que la mezcla del clásico smog
callejero con el exagerado uso de combustibles, viene acelerando la
contaminación ambiental que cubre la bellísima plaza del Zócalo, la cual
resiente los daños de la gasolina con plomo, del monóxido de carbono y de las
cenizas por quema de residuos sólidos, que a su vez, refleja la sobrepoblación
de las metrópolis, el mal estado de las unidades de transporte público y el vil
capricho de los usuarios en utilizar carros particulares para ir a sus
trabajos, centros educativos y hogares.
En
séptimo lugar tenemos los campamentos de Minería ilegal, que extraen los
legendarios recursos del suelo aborigen bajo la brillante luz del Sol. La
insaciable búsqueda de oro, plata y diamante por parte de seres inescrupulosos
que irrumpen los nobles territorios de los pueblos originarios, termina
embriagando de mercurio las comarcas, los ríos y los bosques de los hermanos
indígenas, quienes observan como su espíritu de lucha es convertido en un
trágico etnocidio anunciado. Es consabido que en Perú, Colombia, Ecuador,
Brasil y Venezuela, existe toda una mafia “clandestina” que deteriora
drásticamente las áreas verdes protegidas, regalándoles costosas joyas a los
gobiernos de turno, para que sus organismos ambientales se queden calladitos y
no interfieran con el valeroso ecoturismo de los narcotraficantes, de los guerrilleros
y de los mineros. Basta con viajar a la región de Madre de Dios en Perú, al
Parque Nacional Canaima en Venezuela, al Bosque Protector de la Cuenca del Río
Paute en Ecuador, al Parque Natural Nacional Farallones de Cali en Colombia, y
a cualquier punto cardinal de la Amazonía sudamericana para verificar el delito
in fraganti.
En
sexto lugar aparece la plaga de los Cultivos de alimentos Transgénicos, que
desarrolla la transnacional Monsanto y sus criminales aliados comerciales. Los
organismos genéticamente modificados (OGM) son una verdadera enfermedad
envasada de venta libre en los supermercados latinoamericanos. Además, se
tiende a esconder la etiqueta que visualiza la toxicidad del alimento, por lo
que nuestras familias son engañadas al creer que están comprando soya y maíz
cosechado en la fértil hierba de la Naturaleza, sin saber que consumen un
producto químico creado en los sucios laboratorios de la ciencia
norteamericana. Sabemos que en países como Argentina, Brasil, México, Uruguay y
Chile, la seguridad alimentaria se pone en franco riesgo ante la amenaza que
representan los OGM para la ciudadanía. Es un secreto a voces que la semilla
transgénica provoca alergias, resistencia a medicamentos, inflamación en el
hígado y en los riñones, disminución de la capacidad de fertilidad y
tumoraciones.
En
quinto lugar emerge la letal Fractura Hidráulica, que no se cansa de perforar
el corazón de una gran piedra preciosa llamada planeta Tierra, la cual es
taladrada con un mortífero coctel líquido para que el dinero salga de los pozos
en forma de gas. La técnica extractiva del fracking es una bomba sísmica no
convencional que agrieta los linderos de la sensatez humana, e incrementa la
contaminación de los mantos acuíferos, vierte un caudal de aguas residuales,
fuga metano y ácido sulfhídrico en el aire y quebranta la calidad de vida de
los inocentes lugareños. Los estragos ambientales del Fracking se evidencian
con fuerza en México, donde la reforma energética legalizó el desastre
ecológico en localidades como Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango,
Veracruz y Chihuahua. Y en Argentina, donde la aprobación de la Ley de
Hidrocarburos en octubre del 2014, permitirá que por 35 años se siga
financiando el ecocidio del fracking en los suelos argentinos, buscando que la
amarga experiencia de Vaca Muerta, acredite más jugosas concesiones en contra
de la paz del Medio Ambiente.
En
cuarto lugar resalta el Abuso del Consumo Eléctrico, debido a que no
practicamos la Eficiencia Energética por voluntad propia, generando una
altísima demanda de energía eléctrica que satura de contaminación lumínica el
firmamento latinoamericano. Quedamos ciegos en la penumbra de los apagones por
la sobrecarga del mencionado servicio. La ausencia de una diversificación
energética en las comunidades que habitamos, nos esclaviza a rendirle tributo
al color amarillo que resplandece con tantas bombillas incandescentes que jamás
son apagadas, con tantos aparatos tecnológicos que nunca desconectamos del
tomacorriente, y con tantos electrodomésticos que se enchufan para simplemente
beber té verde. El elevado cobro mensual por electricidad en Venezuela, México,
Panamá, Argentina, Brasil y Chile, perjudica el consecuente ahorro eléctrico de
Bolivia, Paraguay, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
En
tercer lugar, sobresale la inmensa Contaminación del Agua que inunda los
cuerpos de agua dulce y salada de nuestros milenarios lagos, ríos y mares.
Aunque el vital líquido evoca el nacimiento de la vida en cada rincón
latinoamericano, nos duele aceptar que dicha agua se encuentra muy contaminada,
por tanta basura doméstica e industrial que se acumula en sus costas, lo que va
destruyendo la pureza de los manantiales tropicales. Hoy en día, el fondo
marino es el mejor relleno sanitario creado por las personas para desechar la
chatarra. Ellos también visualizan las colosales redes pesqueras que carcomen a
los animales acuáticos, y el derrame de hidrocarburos en manos de las empresas
petroleras, que dejan una imborrable huella de crudo en sus aguas. El caos
incluye al Lago de Maracaibo, al río Usumacinta, a los Pantanos de Centla, al
río Saracuruna, a la isla San José, al Lago Cocibolca, al Humedal La Segua, al
río Matanza-Riachuelo, al Lago Titicaca, al río Guaire y demás espacios
naturales.
En
segundo lugar, nos topamos con la agresiva Deforestación que anualmente le
arrebata millones de hectáreas y lágrimas a la agonizante Pachamama, por la
tala indiscriminada de árboles con la infalible voz de la motosierra, por la
continua expansión de la frontera agrícola para comer carne con droga envuelta
en palma aceitosa, y por la atroz urbanización del siglo XXI que transforma una
reserva de biosfera en un metalizado centro comercial. El fuego, la madera y el
hacha pelean a muerte con los campesinos, los leñadores y los latifundistas. La
realidad de los agrotóxicos arrasa con la promesa de la agroecología. Por eso,
la amazónica deforestación en Brasil aumentó en un 290% durante el mes de
septiembre del 2014, comparándolo con el mes de septiembre del 2013, resumiendo
la fatal tendencia que desertifica al Chaco Paraguayo, a Bosawás, al Cerro de
Amalucan, al Impenetrable Chaqueño, a la Reserva forestal Guarayos, y a un
sinfín de otros paisajes.
Y
en primer lugar, se posiciona la falta de Cultura de Reciclaje en el discernir
de los ciudadanos latinoamericanos. Es insólito que la gente todavía lance en
las principales calles, parques y plazas de nuestras ciudades: las latas de
Coca Cola, los empaques de las golosinas, los pañales desechables, los discos
compactos rayados, las cajas de equipos electrónicos y el resto de los residuos
orgánicos e inorgánicos consumidos. Si ni siquiera vierten la basura en el
genérico contenedor multiusos que ya todos conocemos, es imposible que se
atrevan a separar el plástico, el vidrio, el cartón, el metal y el papel, para
luego depositar esos materiales en los contenedores de colores que especifican
el sitio idóneo en donde arrojar la basura. Lo peor, es que los ministerios
ambientales de América Latina NO fomentan en absoluto la práctica de las 3Rs
(reducir, reutilizar y reciclar), porque los hombres y las mujeres que allí
trabajan, tampoco saben cómo practicarla.
Tan
sólo debemos viajar al Chaco Paraguayo, para tener una vista en 360 grados de
la impunidad ambiental en Latinoamérica. En enero del 2014, se demostró que sus
bosques nativos tienen la mayor tasa de deforestación a escala global, por el
avance de la actividad ganadera con capital extranjero, que es autorizada y
legalizada por los entes gubernamentales paraguayos. Esa terrible situación,
afecta el modus vivendi de los indígenas ayoreos que por siglos han protegido
el legado celestial de sus tierras, y forman parte del histórico mestizaje
cultural del Paraguay. En junio del 2014, la Cámara Paraguaya de Exportadores
de Granos, firmó un convenio con la empresa Monsanto para que siembre soja
transgénica en el Chaco Paraguayo, y así lograr que los grandes tentáculos del
monocultivo malogren la vida del agonizante pueblo ayoreo. Y en octubre del
2014, se confirmó el hallazgo de petróleo convencional a casi 4000 metros bajo
tierra, para que las multinacionales inglesas junto al gobierno paraguayo se
dediquen a extraer el crudo del Chaco Paraguayo, que romperá los pies descalzos
de la tribu ayoreo.
Tras
desglosar el artículo, vimos que los 10 problemas socio-ambientales que cotejan
las naciones latinoamericanas, son causados por la gran codicia de las
transnacionales que compran a los gobiernos de turno, para que sus organismos
públicos adjudiquen los permisos de exploración y las licencias de explotación
de los recursos naturales, sin considerar los Estudios de Impacto Ambiental
(EIA), que no se evalúan al momento de aprobar los mega proyectos extractivos.
Toda esa perversión ecológica, es fomentada por la indiferencia de la gente
común y silvestre que NO denuncia los continuos atropellos que maltratan la
salud de la Pachamama, y terminan siendo testigos y cómplices de la desidia que
sufren sus localidades, porque ellos jamás proyectan la Educación Ambiental en
el afer de sus comunidades.
Las
malas decisiones ambientales castigarán el futuro de Latinoamérica, y no
deseamos que el sentimiento de culpa se apodere de nuestro puño y letra. Cada
quien es dueño de su propia verdad, y la voluntad de cambiar el presente,
depende del compromiso ecológico en estimar el activismo de calle, el
conservacionismo y el amor por la Naturaleza. Es necesario internalizar los
errores del pasado, y ayudar con la recuperación de los mágicos entornos del
Medio Ambiente.
EMPRESAS DE AGUA
Moradores de
Los Órganos bloquearon Panamericana Norte por falta de agua
http://www.larepublica.pe/ - 19/11/2014.-
Por varias horas estuvo bloqueada la Panamericana Norte a inmediaciones de la
salida del distrito de Los Órganos, provincia de Talara, por parte de un
nutrido grupo de pobladores que habita en el sector de Peña Quiroga de dicho
distrito.
La
medida de fuerza fue tomada contra la Empresa Prestadora de Servicios de
Saneamiento (EPS) Grau al no contar con el servicio de agua potable en sus
domicilios por más de un mes.
Los
manifestantes indicaron estar hartos de ser abastecidos por cisternas, por lo
que exigían la presencia de algún representante de la EPS Grau.
Se
conoció que la suspensión del servicio se debe al mantenimiento que desde hace
15 días se están realizando a los pozos ubicados en la quebrada Fernández, la
misma que abaste con el líquido elemento a los distritos de Máncora y Los
Órganos.
“Defender el Agua es Defender la Vida”