lunes, 17 de agosto de 2015

HIDROBOLETÍN FENTAP Lunes, 17 de agosto de 2015 – Edición 2292



HIDROBOLETÍN FENTAP
Lunes, 17 de agosto de 2015 – Año X – Edición 2292 – www.fentap.org.pe

La FENTAP informa:

  • Perú - Madre de Dios: 50 mil hectáreas de bosque depredadas en 40 años. Minería ilegal ha ganado terreno desde 1970 aprovechando la indiferencia de las autoridades. Recuperar este espacio tardará un siglo. No solo se explota oro, sino también a las personas. Peones de La Pampa ganan S/. 500 mensuales, que gastan en alimento, licor y burdeles. Operativo conjunto de la PNP y FFAA destruyó campamentos, pero en poco tiempo estos estarán de pie de nuevo.
  • Perú - La Oroya, la ciudad que respira plomo. Estudios ambientales revelan que el 97% de los niños menores de 6 años tienen la sangre envenenada
  • Colombia - Campesinos colombianos demandan indemnización por derrame de petróleo.

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Madre de Dios: 50 mil hectáreas de bosque depredadas en 40 años
Daño ecológico. Minería ilegal ha ganado terreno desde 1970 aprovechando la indiferencia de las autoridades. Recuperar este espacio tardará un siglo. No solo se explota oro, sino también a las personas. Peones de La Pampa ganan S/. 500 mensuales, que gastan en alimento, licor y burdeles. Operativo conjunto de la PNP y FFAA destruyó campamentos, pero en poco tiempo estos estarán de pie de nuevo.

http://redaccion.larepublica.pe/ - 16/08/2015.- Vista desde los helicópteros en vuelo de la Fuerza Aérea y la Policía, la mancha marrón de 15 kilómetros cuadrados, que crece amenazante en medio de la selva de Madre de Dios, evoca la escena final de una película de guerra: una aldea recién bombardeada a la que regresan las huestes vencedoras en busca de prisioneros.

Los lugareños conocen este sector como La Pampa y casi han olvidado que fue uno de los bosques más diversos de la Reserva Nacional de Tambopata, hogar de plantas y animales silvestres y refugio temporal de unas 40 especies de aves migratorias. Hoy son otros los migrantes que llegan atraídos por la minería ilegal.

Henry Quispe es uno de ellos. En marzo último dejó su pueblo natal en las alturas de Paruro, Cusco, y se mudó a La Pampa para trabajar como peón. A sus 20 años, ganar 500 soles mensuales resultaba más atractivo que dedicarse a la agricultura.

Unos amigos le contaron que en la selva podía ganar mucho dinero y ahorrar sin privarse de ciertos gustos, como salir de fiesta cada fin de semana, frecuentar burdeles,  discotecas y bares que funcionan en los más de 40 campamentos que hay en el lugar.

“Yo solo quería ahorrar, juntar plata para ponerme a estudiar, pero no he podido”.

Otro obrero confirma lo que dice Henry. No quiere decir su nombre pero asegura que ya está cansado de trabajar solo para vivir y no para progresar. “Quinientos soles no alcanzan para nada”, se queja.

Trabajo para todos

Así como destruye, la minería ilegal también genera puestos de trabajo y mueve mensualmente cientos de millones de soles. Aproximadamente unas 10 mil personas se benefician de la actividad minera (ilegal) que se realiza en La Pampa, y no necesariamente extrayendo el oro de la tierra.

Juana Anticona, de 43 años, forma parte de esta población migrante.

Madre soltera de siete hijos, los cinco últimos son menores de edad. Juana tiene dos cosas en común con Henry Quispe: también llegó del Cusco y –hasta el martes último– trabajaba en el campamento conocido como “Pancho Pérez”. ¿Por qué lo llaman así? Nadie lo sabe.

Ella vendía comida junto a sus hijos mayores y su mamá cuando unos 1.300 hombres, entre policías, fiscales y miembros de las Fuerzas Armadas, irrumpieron en La Pampa en helicópteros y a pie. Su cocina, su carpa, sus mesas, su generador eléctrico, su congeladora y hasta una motobomba le fueron confiscados.

-¿Una motobomba? ¿Para qué usaba una motobomba?, preguntamos.

“Para chupar el agua del suelo y así poder cocinar”, responde tranquila, con cierta ingenuidad.

Sí, doña Juana cocinaba los alimentos con agua contaminada por el mercurio y otros químicos usados en la extracción aurífera. Esa mezcla de sustancias tóxicas, que en pocos años devastó el bosque tropical y volvió la tierra estéril, es lo que a diario se llevaban a la boca miles de mineros.

“Acá no hay agua potable, pues. Y comprar agua a las cisternas que llegan de la ciudad sale muy caro”, se justifica otra comerciante de comida, quien prefiere no revelar su nombre.

Siempre regresan

Sierra forma parte del equipo coordinador y supervisor del megaoperativo que se montó esta semana en La Pampa, en el que participó la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Ministerio Público.

Asegura que el del martes fue el segundo operativo de una nueva estrategia que busca erradicar para siempre a los mineros ilegales que operan en la zona de amortiguamiento Tambopata, un área protegida por la gran diversidad de especies de flora y fauna que alberga. “Seamos claros, cuando se habla de minería ilegal, casi siempre existe una posibilidad de legalizarla, pero en esta zona no. En La Pampa, que forma parte de Tambopata, así como en la reserva de Bahuaja Sonene y otras zonas protegidas, es inviable la minería. Para eso existe el Corredor Minero”, enfatiza.

Claves

Un total de 15 fiscales, dos peritos y más de 1.300 policías participaron en el último operativo contra la minería ilegal en La Pampa de Tambopata. En simultáneo, efectivos de la Marina de Guerra realizaron intervenciones en los ríos Inambari y Madre de Dios.

Se destruyeron 154 motores, 125 tolvas, 13 balsas, 108 chozas, 22 balones de gas, 120 galones de gasolina, 4.856 de petróleo, 19 antenas parabólicas, 16.250 metros de manguera y 6.810 metros de malla para atrapar oro.

Peones. Henry Quispe (sentado) sueña con volver al Cusco

La pampa. La zona devastada de este sector de Tambota mide 15 kilómetros cuadrados. Allí trabajan obreros que ganan S/. 500 al mes, y comerciantes de comida y licor

HIDROREGIONES

La Oroya, la ciudad que respira plomo
Estudios ambientales revelan que el 97% de los niños menores de 6 años tienen la sangre envenenada

http://diariocorreo.pe/ - 16/08/2015.- A 3750 metros de altura, en la Cordillera de los Andes y a 176 kilómetros al noreste de la capital de Perú, la gente está condenada a muerte antes de los 40 años de edad. Allí se ubica la ciudad de La Oroya, capital de la provincia de Yauli, en Junín, de clima frío y lluvioso, con temperaturas que descienden hasta los 0 grados centígrados.

Cuenta con más de 35 mil habitantes y, según un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la población “ha estado expuesta a altos niveles de contaminación del aire debido a las emisiones tóxicas del complejo, que incluyen plomo, cadmio, arsénico y dióxido de azufre”.

El mismo informe revela que, a mediados del 2000, La Oroya fue identificada como una de las 10 ciudades más contaminadas del mundo.

Según la ONG Vida, se estableció valores superiores a los 2000 mg/kg de plomo en algunas casas, pero el valor estándar nacional es de 140 mg/kg, es decir 10 veces más el valor considerable permisible.

Y es que en los alrededores de la ciudad operan grandes compañías mineras como Chinalco, Volcán y Casapalca.

Pero es en el complejo metalúrgico de La Oroya que se encarga de transformar el mineral polimetálico -típico de los Andes centrales peruanos- en diez metales (cobre, zinc, plata, plomo, indio, bismuto, oro, selenio, telurio y antimonio) que la contaminación se elevó a niveles insospechables. Tanto así que colocaron a La Oroya en el puesto 5 de las ciudades más contaminadas del planeta.

SANGRE CONTAMINADA. Investigaciones independientes realizadas en el lugar revelaron que el 97% de los niños y niñas de entre 6 meses y 6 años, y el 98% de los infantes que tienen de 7 a 12 años, presentan niveles elevados de plomo en la sangre.

Es más, existe un estudio realizado por pediatras de un centro de salud que demostró que hasta los recién nacidos llegaban al mundo con preocupantes niveles de plomo en la sangre.

También es causante de la pérdida de memoria, problemas de crecimiento, mal aprendizaje. Todo esto provoca que la esperanza de vida sea de tan solo 40 años.

El alcalde de Yauli-La Oroya, Carlos Arredondo, reconoció que “en su momento había niños que tenían plomo en la sangre”.

“No se puede negar este hecho, desde que comenzó a operar Doe Run Perú, en 1997, se presentó esta situación y se dio hasta antes de 2000”, añadió.

Recordó que en la ciudad, conocida como la Capital Metalúrgica del Perú, no se podía respirar. “Se sentía el aire pesado. Se sentía gas”, dijo.

Luego, según el funcionario edil, se comenzó a hacer la limpieza de plomo en la sangre de los niños con programas ambientales ejecutados por el gobierno central y la empresa Doe Run.

La Oroya, la ciudad que respira plomo

HIDROMUNDO

Campesinos colombianos demandan indemnización por derrame de petróleo

http://prensa-latina.cu/ - 16/08/2015.- Campesinos colombianos de la localidad de Catatumbo, en el norteño departamento de Santander, solicitaron hoy a la empresa petrolera Ecopetrol que responda por los daños que un reciente derrame de crudo ocasionó a la población y los cultivos.

En declaraciones a Caracol Radio, el directivo de la Asociación Campesina del Catatumbo (Acamcat), Olmer Pérez, manifestó que hay varias siembras afectadas y que la contaminación derivada del incidente, sumada al hecho de estar en temporada seca, impide aún más el suministro de líquido a la producción.

La comunidad campesina del área considera que la empresa tenía que haber previsto el derrame ocurrido en la tarde del jueves en la localidad de Teorama, porque sobre ese punto ya se había hecho una reparación.

 “Defender el Agua es Defender la Vida”