lunes, 25 de noviembre de 2013

HIDROBOLETÍN FENTAP Martes, 26 de noviembre de 2013 – Edición 1866



HIDROBOLETÍN FENTAP
Martes, 26 de noviembre de 2013 – Año VIII – Edición 1866 – www.fentap.org.pe

La FENTAP informa:
·       Perú - EMSA Puno realizará refacturación en 11 barrios con servicio restringido de agua.
·       Ecuador - La búsqueda de un millón de firmas para salvar el Yasuní. UN colectivo de jóvenes ambientalistas mantiene la lucha por salvar la reserva natural y se aferra a la consulta popular.
  • España - La guerra del agua estalla en Rascafría. Los vecinos del municipio se rebelan contra el convenio firmado entre el Ayuntamiento y el Canal que triplica el precio por familia.
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EMSA Puno realizará refacturación en 11 barrios con servicio restringido de agua

http://www.pachamamaradio.org/ - 24/11/13.- La refacturación anunciada por EMSA Puno, en 11 barrios de la ciudad de Puno que tienen servicio restringido, donde se indicó que beneficiaría a más de 7 mil usuarios, se dará mediante reclamos y de manera personalizada por consumos altos que estén por encima de los 25 metros cúbicos.
Las zonas que tendrán la respectiva re facturación son: Alto Chacarilla, Alto Huascar, José Antonio Encinas,  Alto Puno, Indoamerica, Alto Llavini, Alto Bellavista, Alto Vallecito, Alto Santa Rosa, Ricardo Palma y Barrio Manto zona alta.
 Según  un comunicado de EMSAPUNO S.A. esto se viene dando en cumplimiento de la ley y en aplicación de la nueva estructura tarifaria.

HIDROMUNDO

La búsqueda de un millón de firmas para salvar el Yasuní
UN colectivo de jóvenes ambientalistas mantiene la lucha por salvar la reserva natural y se aferra a la consulta popular

http://internacional.elpais.com/ - 24/11/2013.- Cada jueves, en las afueras de algún ministerio, se escucha la “zapateada” de los Yasunidos. Este colectivo de jóvenes ambientalistas sigue en su lucha por salvar la reserva natural y se aferra a la posibilidad de la consulta popular. Deben presentar en torno a 600.00 firmas (el 5% del padrón electoral de Ecuador) para que el Consejo Nacional Electoral autorice el referéndum, pero se ha puesto la meta de recolectar un millón para cubrir aquellas firmas que sean invalidadas.
“¡Por el Yasuní, nadie se cansa!”, es una de las frases que más corean los activistas en cada “zapateada”. No superan la treintena, pero su acción es muy potente porque llevan tambores y altavoces y llegan a la hora que salen los funcionarios. Se colocan en la entrada principal de los ministerios y entre canto y canto hacen un acto de clausura simbólica. Hasta ahora han pasado por las carteras de Justicia, Ambiente, Recursos Naturales No Renovables y Cultura, donde estuvieron el pasado jueves.
Durante estas acciones, los Yasunidos procuran recoger firmas entre los transeúntes y también abordan a los funcionarios públicos. David Suárez, de 33 años, sociólogo e investigador de temas ambientales, es uno de los voluntarios que se ha apuntado para recoger firmas. De su experiencia cuenta que: “La gente que se identifica con Alianza País (el partido de gobierno) siente que es algo en contra del Gobierno y por lo general no firma”. Otra de las voluntarias, Vanessa Cárdenas, de 27 años, diseñadora, ha llegado a la conclusión de que la gente que apoya la consulta popular son los veinteañeros y las personas mayores. “Los jóvenes oyen Yasuní y enseguida firman y las personas mayores se interesan por la iniciativa y nos animan a seguir adelante”.
Las decenas de voluntarios que se han apuntado en todo el país están reportando un promedio de 5.000 firmas diarias. Esto hace pensar que para abril de 2014, cuando vence el plazo de 180 días que les dio el Consejo Electoral, van a cumplir con la meta de reunir un millón de firmas y pedir que se apruebe el referéndum en torno a la explotación de parte del Parque Nacional Yasuní.
Los Yasunidos ocupan las instalaciones de Acción Ecológica para planificar sus acciones. En el patio trasero de la casa de esta organización, cada semana se decide dónde y cómo van a recoger las firmas. La estrategia incluye salir a las calles a dar información y alternativas a la explotación como el impulso al bioconocimiento, el turismo comunitario, el incremento de impuestos a los diez grupos económicos más grandes del país.
Los materiales que reparten, como el “triptico yasunizador”, se han hecho con los pocos recursos que han llegado vía autogestión. En su página web piden ayuda para todo, incluso para recolectar los bolígrafos de color azul para salir a recolectar las firmas. Uno de los mayores desafíos que tiene el colectivo es enfrentar la agresiva campaña gubernamental a favor de la explotación del Yasuní, que incluye una fase culposa que plantea la pregunta: ¿Qué hiciste tú por el Yasuní? y el discurso sobre la mínima intervención en el parque o la promesa del presidente Rafael Correa de que se afectará menos del 1x1000.
Además, a la hora de recoger firmas se pelean con las otras iniciativas que también buscan llevar el tema de la explotación del Yasuní a consulta popular, pero con un enfoque diferente, como la propuesta de los alcaldes amazónicos que han integrado el grupo Amazonía Vive y que plantean otra pregunta: ¿Apoya al Presidente de la República, Rafael Correa, con su propuesta para la explotación del petróleo en un área no mayor al uno por mil del Parque Nacional Yasuní y que el producto del petróleo que se extraiga del Bloque 43 (campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini) se destine a la lucha contra la pobreza, la protección ecológica del país, el financiamiento de los planes de vida de las comunidades ancestrales y la dotación de servicios básicos?
Pero los Yasunidos no se amilanan y el esfuerzo no solo se concentra a nivel nacional, también hay una comisión encargada de la recolección de firmas en el extranjero. La semana pasada llegó el primer cargamento de firmas recogidas en las colonias de ecuatorianos en Europa y Australia. Fueron alrededor de 2.000 firmas.
Sobre el apoyo a la defensa del Yasuní en el extranjero, Esperanza Martínez, presidenta de Acción Ecológica, dice que la defensa del parque tiene gran acogida fuera de Ecuador. “Por más que el presidente haya argumentado que no ha habido apoyo internacional, ha habido mucho apoyo de la sociedad, pero de esa sociedad que no tenía manera de aportar en la propuesta o metas económicas de la iniciativa Yasuní”.
Martínez confía en que reunirán las firmas necesarias, sin embargo, le preocupa que todo sea en vano porque no tienen el dictamen de la Corte Constitucional acerca de la pregunta que plantean para la consulta popular: ¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?
El máximo órgano constitucional, en teoría, debería haberse pronunciado sobre la constitucionalidad de la pregunta antes de dar paso a la recolección de firmas, pero tras un mes de espera desde que el colectivo Yasunidos presentara la pregunta, la Corte decidió que primero se reunieran las firmas necesarias para convocar a la consulta popular.
El abogado que apadrina al colectivo, Julio César Trujillo, explica que no hay una norma establecida para las consultas populares, pero que debieron aplicar el procedimiento que existe para solicitar la opinión del pueblo en el caso de una modificación constitucional. “En ese caso sí se dice que antes de iniciar la recolección de firmas es necesario el dictamen de la Corte Constitucional y, en principio, debieron haber aplicado la misma norma”.
De todas formas, el jurista asegura que su pedido está dentro el marco constitucional y que harán varias jornadas con expertos constitucionalistas para adelantarse a lo que diga la Corte. “Nosotros hicimos la pregunta muy conforme con la Constitución, que dice que los ciudadanos pueden solicitar una consulta popular sobre asuntos de interés general y el Yasuní es de interés general”.

La guerra del agua estalla en Rascafría
Los vecinos del municipio se rebelan contra el convenio firmado entre el Ayuntamiento y el Canal que triplica el precio por familia

http://ccaa.elpais.com/ - 24/11/2013.- Vecinos que se niegan a pagar la factura de agua, hojas en los negocios para recoger firmas o panfletos con recomendaciones como no firmar ningún contrato individual con el Canal, evidencian el malestar general que padece Rascafría, en pleno valle del Lozoya. Una gran parte de sus ciudadanos se ha movilizado contra el convenio firmado entre el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, y el Canal de Isabel II Gestión en junio de 2012 por el que el pueblo ha traspasado a la empresa pública la distribución, depuración y alcantarillado por 50 años. El municipio mantiene la aducción o toma de agua (un 40% del total de la factura) y recibe una participación del 0,000612 del capital de la sociedad.
En Rascafría el agua era casi gratis. Hasta ahora. Los grifos del pueblo serrano se alimentan directamente del río Lozoya y para el esfuerzo veraniego —sus 1.890 habitantes se multiplican por tres— se toma agua de varios manantiales. Los vecinos pagaban una tasa fija anual independientemente del consumo. Una vivienda abonaba 45 euros, cantidad que se incrementaba para el que tuviera parcela en 0,30 céntimos por metro cuadrado y llegaba a los 200 en caso de tener piscina. Para los comercios la cantidad era de unos 250 euros.
Pero, al tiempo, el consumo era disparatado. Según los cálculos municipales, un vecino de Rascafría utiliza de media 1.000 litros de agua al día, mientras que en España la media es de 160 litros.
Había que poner freno a este dispendio. Algo en lo que coinciden equipo de Gobierno y vecinos. Era necesario proveer a cada casa de un contador. La alcaldesa, Ana García Masedo, celebró una consulta en la que participó un tercio de los vecinos. Finalmente, los residentes eligieron que el Canal gestionase el agua y no el Ayuntamiento o una empresa privada. Pero ahora los vecinos afirman que las preguntas estaban redactadas de “forma liosa” y mal explicadas. El descontento estalló cuando recibieron las primeras facturas (mayo de 2013). Los vecinos sostienen que “no hay argumentos ni económicos, ni técnicos, ni sociales que justifiquen este acuerdo”.
Los abonados vieron como el coste del agua se multiplicaba por tres, por cuatro y en algunos casos por siete con respecto a lo que abonaban antes. Según los cálculos de la plataforma ciudadana que se ha formado para reivindicar que el municipio continúe con la gestión del agua, los 45 euros que pagaba una vivienda con cuatro personas se han transformado en 138; los 260 de un comercio en 1.800 euros; y los 270 de un bloque de cinco inmuebles más un comercio en 1.469.
“Estamos de acuerdo en que no se podía seguir como estábamos”, sostiene un portavoz de la plataforma. “Con lo que discrepamos es con dar la gestión al Canal. ¿Por qué no podíamos seguir haciéndolo nosotros?”, se pregunta. A su alrededor, otros vecinos asienten. Recuerdan que con este acuerdo se ha perdido el control total de la gestión, y que ya no será el pleno municipal quien fije las tarifas, sino el Canal. La empresa aplica los mismos precios en todos los municipios.
La alcaldesa afirma que el sistema anterior era “insostenible”. “Cada vecino gastaba lo que quería e ineficiente porque no cubríamos gastos, el acuerdo con el Canal es el mejor para el pueblo”. Lo dice al mismo tiempo que recuerda que fue su grupo político el que llevó ante el Tribunal Constitucional un recurso de inconstitucionalidad contra la privatización del Canal de Isabel II que este admitió a trámite. Indica también que la empresa instala los contadores sin coste para los vecinos y que en dos años comenzará la renovación de la red de alcantarillado a hierro de fundición, que ahora es de uralita y PVC. “Y nos condonan la deuda por depurar las aguas residuales que el pueblo nunca había pagado”.
Unas razones que no logran convencer a todos los vecinos, que llevan unas 1.000 firmas recogidas para presentar una moción en el pleno de rechazo al convenio. “Nosotros tenemos que ser garantes para que el agua llegue bien a Madrid, tenemos que cuidar el medio, no se puede instalar casi ninguna industria. Nos gustaría pagar lo que cueste llevarla al grifo, pero ya está. Los contadores eran necesarios, porque había abusos, averías ocultas. Lo que queremos es que la alcaldesa denuncie el convenio”, dicen los reclamantes.

Una catarata al sumidero

Cada vecino de Rascafría (1.890 habitantes) consume, según los datos municipales, seis veces más agua que un ciudadano de otra parte de España. ¿Y cómo es posible que se gaste tanta agua?
“Sobre todo en fugas accidentales”, responde la alcaldesa, Ana García Masedo. La instalación de contadores en el pueblo, después del controvertido acuerdo con el Canal de Isabel II, que rechaza gran parte de los vecinos, ha desvelado datos sorprendentes.
“En una urbanización de unas 40 viviendas, se ha detectado una avería que en un mes y 19 días ha supuesto una pérdida de agua de 17 millones de litros, que se iban hacia el sumidero”, explica Masedo. Los técnicos indican que la fuga puede llevar, al menos, 10 años. “Hay muchos más casos”, sostiene la regidora.
“Ya era hora de que se instalaran los contadores y de que cada uno pague lo que consume”, sostienen los vecinos del pueblo. “Pero para ello no era necesario dar la gestión del agua al Canal durante 50 años, lo podía haber seguido haciendo el municipio”, opinan.
Ahora están reuniendo firmas para presentar una moción al pleno para rescindir el contrato.
 “Defender el Agua es Defender la Vida”