jueves, 30 de octubre de 2014

HIDROBOLETÍN FENTAP Jueves, 30 de octubre de 2014 – Edición 2098



HIDROBOLETÍN FENTAP
Jueves, 30 de octubre de 2014 – Año IX – Edición 2098 – www.fentap.org.pe

La FENTAP informa:
·       Pobreza, cambio climático y guerras ambientales. La demanda de recursos excede la capacidad biológica del planeta en un 20%.
·       Perú - ANA evaluará calidad del agua del lago Titicaca en sector boliviano.
·       Perú - Comunicado de la FENMUCARINAP, organización aliada de la FENTAP, donde demandan el acceso al agua potable, saneamiento y a una alimentación sana y saludable.
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La demanda de recursos excede la capacidad biológica del planeta en un 20%
Pobreza, cambio climático y guerras ambientales
Enric Llopis

http://www.rebelion.org/ - 28/10/2014.- El cambio climático, la disminución en la producción de alimentos o en la disponibilidad de agua dulce, las migraciones forzadas, las inundaciones o el riesgo de desertificación conducen a un aumento de los conflictos, calificados como “ambientales”. Las guerras ambientales se han convertido en una categoría específica de análisis. El discurso de Obama en la Academia Militar de West Point (mayo de 2014) relacionaba el cambio climático con la seguridad nacional. Gran Bretaña también abordaba la cuestión en el documento “Tendencias y Estrategias Globales (2007-2036)”. Libros como “Batallas constantes”, del arqueólogo Steve LeBlanc; “Guerras climáticas. Por qué mataremos (y nos matarán) en el siglo XXI”, de Harald Welzer; o “Los conflictos sociales del cambio climático”, de Pablo Cotarelo ahondan en el asunto.
Señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que en los últimos 60 años al menos el 40% de los conflictos internos mantienen relación con la explotación de los recursos naturales. Por un lado, porque se consideran de alto valor: madera, diamantes, oro o petróleo; pero también por considerarse escasos, como la tierra fértil y el agua. “Cuando se trata de conflictos relativos a los recursos naturales, se duplica el riesgo de recaer en el conflicto”, agrega Naciones Unidas.
El paradigma de estos conflictos es de Dahrfur (oeste de Sudán), que estalló en 2003 después de que se pudiera constatar un aumento demográfico, procesos de degradación y erosión del suelo, sequía y disminución de la producción agrícola y de pastos. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, consideró que el conflicto de Dahrfur comenzó con una crisis ecológica y, parcialmente, derivada del cambio climático. A ello se agregaron otros factores, como la pugna por las tierras entre pastores y agricultores, atravesada por diferencias étnicas. “La de Dahrfur se considera la primera guerra climática”, ha afirmado el miembro del Centro de Investigación sobre Desertificación CIDE-CSIC, José Luis Rubio Delgado, en un acto organizado en la Universitat de València por la Asociación Medio Ambiente y Cambio Climático (AMA).
“Dahrfur es el ejemplo de cómo las personas, cuándo se encuentran sin medios de subsistencia, pueden recurrir a la violencia y a situaciones de genocidio”, ha agregado. El resultado, 2,4 millones de desplazados y entre 200.000 y 500.000 muertos. Otro ejemplo es el de Ruanda. Aunque de origen complejo, la guerra respondió en buena medida a la escasez de tierras y la inequidad en el acceso a la misma. En el año 1994, en sólo tres semanas, los Hutus (minoría étnica de agricultores) causaron la muerte (genocidio) de 800.000 tutsis. En Somalia, una guerra larvada en el tiempo precipitó en el periodo 2006-2009 por factores como la escasez y degradación de recursos básicos, como la tierra. Situaciones parecidas pueden visualizarse en Nigeria, Egipto, Mali o Kenia y, recientemente, en Sudán del Sur. “Ésta es una realidad permanente en el continente africano, que probablemente se incrementará”, afirma Rubio Delgado.
Procesos parecidos, con causas similares, contribuyeron al estallido de las “primaveras árabes” (Túnez, Egipto, Libia, Yemen o Siria). En el origen de estas revueltas también puede identificarse la degradación y falta de recursos, así como la incapacidad para absorber una creciente mano de obra. El fenómeno puede observarse a una escala global. El Instituto para la Investigación de los conflictos internacionales de Heildeberg (Alemania) señala que, de los 365 conflictos observados en el planeta en 2009, 31 fueron calificados como “altamente violentos”; a 7 conflictos de “alta intensidad” se les denominó “guerras”. Otro comité científico alemán apunta que desde 1945 hasta hoy, se han producido 61 conflictos ambientales en el planeta por la degradación de recursos como agua, tierra, suelo o biodiversidad.
En las guerras ambientales intervienen factores muy diversos, pero una mirada más amplia obliga a incluir las causas estructurales: las desigualdades entre el Norte y el Sur, entre el Centro y la Periferia. La Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria celebrada en Roma (2009) dejó claro que bastaría con dedicar 30.000 millones de euros anuales al desarrollo agrícola para combatir el hambre en el mundo. Mientras, según la FAO, alrededor de un tercio de la producción de alimentos destinados al consumo humano se pierden o desperdician en el conjunto del planeta. Si se recuperara la mitad de aquello que se pierde o desperdicia, podría alimentarse al conjunto de la población mundial. La comparación puede formularse en diferentes términos, pero en todos los casos resulta inasumible: en el mundo –según la FAO- se desperdician alimentos por valor de 565.348 millones de euros (sin contar el pescado y el marisco), mientras 870 millones de personas pasan hambre todos los años.

HIDROREGIONES

ANA evaluará calidad del agua del lago Titicaca en sector boliviano

http://www.pachamamaradio.org/ - 29/10/2014.- La Autoridad Nacional del Agua (ANA) evaluará el sector boliviano del lago Titicaca a fin de medir la calidad de sus aguas e identificar si existe o no afectación al recurso hídrico y sedimentos para establecer multisectorialmente medidas de conservación y protección, se informó.
La ANA precisó que estas tareas se desarrollarán en el marco del II Monitoreo Binacional Participativo de la Calidad del Agua iniciado en dicho lago.
Las tomas de muestras de agua en territorio boliviano cubrirán las bahías de Copacabana, Achacachi, Chua, Huarina, Tiraska, Desaguadero, Cohana y Guaqui.
Además de los sectores de Tiquina, Cusijata, Isla del Sol, Escoma, desaguadero del río Suches, Carabuco, Frente Ancoraimes, Isla de la Luna y Santiago de Huata.
El monitoreo de la calidad del agua, dirigido por especialistas de la Subdirección de Gestión de la Calidad del Agua de la Autoridad Administrativa del Agua Titicaca (AAA-X Titicaca), recorrerá también el sector peruano.
Esta evaluación considera el ámbito de las cuencas de los ríos Ramis, Illpa, Coata, Huancané, Ilave y Suches, además de las bahías interior y mayor de Puno, de Yunguyo, así como las desembocadura de los ríos Ramis, Ilave y el lago mayor.
El trabajo técnico evaluará los parámetros físicos y químicos entre los que figuran oxígeno disuelto, pH, temperatura, conductividad, presencia de metales, coliformes termotolerantes, materia orgánica, nutrientes y metales.
Las muestras de aguas serán enviadas a un laboratorio acreditado por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) para los análisis correspondientes.

Lea el texto completo aquí:



POLÍTICA

Liderazgo y empoderamiento femenino
Para la conquista del Buen Vivir, con Soberanía alimentaria, Justicia y Ambiente Sano, para todas y todos por igual

En el Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre), el Consejo Directivo y representantes de bases de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú, FENMUCARINAP, saludamos a todas las hijas de la Pachamama de los cuatro suyos de nuestra patria. Las mujeres somos el sostén fundamental de la economía familiar de nuestro pueblo, tal como lo ha reconocido la Organización de las Naciones Unidas, en su Resolución 62/136 aprobada por la Asamblea General de 18 de diciembre de 2007, donde reconoce que «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».
El ámbito rural peruano abarca un 90% del territorio, en él viven casi seis millones de mujeres rurales, que representan la tercera parte de la sociedad peruana femenina. Ellas son las depositarias del futuro de nuestros territorios, son los verdaderos agentes sociales y de desarrollo rural. Sin embargo, somos víctimas de una sociedad patriarcal y patrimonialista, que mantiene una inhumana situación de discriminación y violencia, donde se invisibiliza nuestro trabajo y, en la práctica, se nos concede menores oportunidades, autonomía y participación real, ciudadana y política.
Esta discriminación por géneros, se evidencia por las grandes diferencias entre las mujeres de las diversas regiones del país. El último Censo Nacional Agrario (IV CENAGRO), demuestra que el analfabetismo femenino es del 15% en el área rural y 2,1% en el urbano; en la costa 3.2%,  selva 7,5% y en la sierra es 10,4%. Solo 9 de cada 100 productoras mujeres reciben asistencia técnica; en el caso de los hombres es 16 por cada 100. Y 44.1% de las mujeres no cuenta con título de propiedad de su tierra.
Para el año 2015 la población del Perú se calcula en 15’605,814 hombres y 15’545,829 mujeres, sin embargo, según el estudio de las Brechas de Género en Uso del Tiempo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del año 2011, sólo el 42% del tiempo total de trabajo de las mujeres es remunerado –la mayoría de veces eventual y precario – Mientras el 76% del tiempo del trabajo en el hombre es remunerado. Son las mujeres que se quedan al frente de la parcela y de los hijos, cuando los hombres van a trabajar a las minas, siendo hoy en día un 30,4% de parcelas en todo el Perú dirigidas por mujeres. En promedio la jornada laboral de la mujer rural es de 16 horas diarias.

Esta situación se agrava hoy en día con el cambio climático que vivimos, producto de un sistema explotador, extractivista y depredador de hombres y mujeres y de la naturaleza, que está acabando con nuestras fuentes de agua, tierras productivas y nuestra rica biodiversidad, generando trastornos en la naturaleza y el ambiente y ocasionando la aparición de nuevas plagas y enfermedades.
Este cambio en el clima se da porque se prioriza un crecimiento económico en base a actividades extractivas e industrias que emplean energías sucias (carbón, petróleo, atómica), así como la  deforestación para consumo de maderas y ampliación de la frontera agrícola, nos tiene como las principales afectadas, sobre todo en las zonas más vulnerables: andinas, amazónicas y las periferias urbanas. La menor productividad pesquera y agroexportadora por tropicalización del clima en la costa; el estrés hídrico, los conflictos por causa de la contaminación de las fuentes agua, la reducción de la producción agrícola y pecuaria por sequías, heladas, lluvias intensas, etc., son efectos del calentamiento global que nosotras no hemos buscado ni causado.
Esta Crisis climática trae también una crisis de valores que afecta nuestro modo de relacionarnos, afecta a nuestra Madre Tierra, a nuestra sostenibilidad y amenaza la sobrevivencia de las generaciones venideras.

Frente a todo ello la FENMUCARINAP plantea:
• Promoción de un modelo agropecuario, indígena y campesino sostenible y orgánico que mejore  la calidad de vida en nuestro territorio, libre de agrotóxicos y transgénicos.
• Acceso efectivo para las mujeres a la propiedad de la tierra, al agua, crédito, tecnologías limpias que den valor agregado a nuestros productos  y mercados justos nacionales e internacionales.
• Respeto y protección a nuestra producción nativa; a nuestra decisión sobre lo que producimos y comemos.
• Capacitación técnica para la adaptación al cambio climático y para el uso de nuevas tecnologías e investigaciones a favor de un desarrollo con Buen Vivir en nuestras comunidades.
• Reconocimiento de nuestro aporte económico, social y cultural.
         Presencia igualitaria en todos los espacios de gobierno del país y de nuestros pueblos.
         Cumplimiento de leyes y normativas por parte de los poderes públicos, porque hay un sistemático incumplimiento y falta de implementación de las mismas en contra de nuestros derechos y oportunidades, como de la Ley 28983, Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como la Ley Nº 26290 Ley de Protección frente a la Violencia Familiar y la Ley N° 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual.
         Cumplimiento con enfoque de género de la Ley N°29785, Ley de derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios. (Convenio 169 de la OIT).
         Acceso a la información y conocimiento para el efectivo uso y disfrute de nuestros derechos.
         Protección al territorio de nuestros cuerpos favoreciendo nuestro autocuidado, eliminando todo tipo de violencia física y mental.
         Acceso a los sistemas de salud, sin exclusión ni discriminación; respeto y reconocimiento a nuestra medicina tradicional. Acceso al agua potable, saneamiento y a una alimentación sana y saludable.
         Trabajo Digno para las mujeres, derogatoria de la Ley Nº 27360 y oportunidades laborales con derechos para nuestros hijos e hijas en las áreas rurales, para evitar su migración forzada a las ciudades.
         Uso del lenguaje inclusivo e intercultural en todos los espacios educativos y de socialización.
         Aprobación de la Ley de Soberanía y Seguridad alimentaria y nutricional.
         Aprobación de la Ley Marco para el Cambio climático (Proyecto de Ley N° 3356/2013-CR) y políticas públicas con enfoques de género e interculturalidad frente al cambio climático.
RECHAZAMOS las falsas soluciones al calentamiento global como los llamados “Mecanismos de Desarrollo Limpio” (MDL), “Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD)”, “Agricultura Climáticamente Inteligente”, agrocombustibles, geoingeniería, entre otras, y otros que son amenazas ambientales directas como los transgénicos, megaproyectos hidroeléctricos, centrales nucleares, fractura hidráulica (“fracking”). Exigimos a los gobiernos de América del Sur que en vez de estas falsas soluciones, promuevan prioritariamente y den total y verdadero apoyo a la agricultura campesina sostenible, que contribuye positivamente al equilibrio del carbono del planeta, incrementando la biodiversidad y recuperando la materia orgánica del suelo.

PROPONEMOS desarrollar alternativas orientadas al Buen Vivir, la sustentabilidad de la vida y la defensa de los bienes comunes y la Madre Tierra. En este sentido, reivindicamos la cultura de vida de los pueblos indígenas, originarios y campesinos, y su cosmovisión en absoluta armonía con la naturaleza, como parte de la solución a la crisis climática.

“Defender el Agua es Defender la Vida”